La Navidad es la época del año en la que hay más reuniones familiares entorno a una mesa, muchas celebraciones que se desarrollan entre comidas y cenas copiosas con gran cantidad de comida y bebida que en nada benefician a nuestra salud.
Los primeros días del año se pueden convertir en una pesadilla para aquellos que se cuidan, pues en pocos días se puede tirar por tierra mucho trabajo en el gimnasio y muchas dietas de mantenimiento. Así que para evitar esto, además de tratar de comer con moderación y prestar atención a lo que comamos, intentando que los acompañamientos sean alimentos ecológicos sanos y bajos en grasas, debemos evitar al máximo atiborrarnos de los dulces típicos y que sigamos haciendo algo de ejercicio también en Navidad.
Trucos para que Enero no sea un mes de pesadilla
Aquí van una serie de trucos para que la cuesta de enero no se transmita también a nuestro cuerpo. Evitemos trabajar el doble para recuperar nuestro peso ideal y nuestros sanos hábitos alimenticios.
1. No empieces la Navidad antes de tiempo
Cuanto antes empieces con los preparativos antes comprarás dulces y comidas llenas de grasa y carbohidratos. Retrasa al máximo esos bombones y polvorones que tan difíciles son de evitar cuando los tienes delante.
2. No acompañes todas las comidas con salsas
Sí, probablemente el resto del año no comas tus comidas con tanta salsa, y es difícil resistirse a la tentación de untar pan en esas salsas que acompañan a las carnes y pescados típicos de estas fechas. Pues bien, para no tener que luchar contra tu mente y poner a prueba tu fuerza de voluntad, no te eches cucharadas de salsa en el plato.
3. Come despacio, saborea y retira las fuentes de la mesa
Aprovecha que tienes a tus familiares alrededor de la mesa para charlar con ellos, enterarte de sus vidas, y así, cuanto más hables, más despacio comerás y antes te llenarás. Aunque esto puede tener un efecto contrario, ya que se puede alargar la comida varias horas. Así que un buen truco podría ser quitar las fuentes de comida de la mesa una vez servida, para que se pueda alargar la comida tanto como quiera sin tentarnos a repetir.
4. Sigue haciendo ejercicio aunque sea Navidad
Con un poco de organización hay tiempo para todo. Siempre podemos encontrar media horita al día para salir a correr, así quemamos lo que hayamos comido o nos preparamos para poder comer lo que toque ese día. Con un poquito de ejercicio al día el golpe de la vuelta a la rutina después de Navidad no será tan duro porque el cuerpo estará adaptado.
5. Piensa en todo lo que tendrás que trabajar tu cuerpo
Sí, la Navidad en realidad son unos 15 días, entre los festivos de Navidad, Nochebuena, fin de año y hasta la comida de reyes. Piensa que en estos días puedes adquirir unos kilitos que costará eliminarlos más de 2 meses. ¿Realmente te compensa? Si la respuesta es NO, ten en cuenta el esfuerzo extra que tendrás que hacer después y conciénciate.