La marihuana, el cáñamo y cannabis son nombres comunes de las plantas del género Cannabis. El término “cáñamo” se utiliza para las plantas de cannabis que se cultivan para uso no farmacológicos (por ejemplo, para fabricar telas), como la Cannabis sativa. La fibra de la Cannabis índica tiene mala calidad y se utiliza para hacer drogas recreativas y fármacos par uso en la medicina. Las principales diferencias entre las dos variedades de cannabis son su apariencia y la cantidad de delta-9-tetrahidrocanabinol (THC) -el ingrediente activo de la marihuana- que contienen. La Cannabis sativa es ampliamente utilizada para la recreación. Su humo se ha inhalado o se ha tomado por vía oral para producir una sensación de relajación y bienestar.
La marihuana se ha estudiado por su potencial como un tratamiento para muchas condiciones, incluyendo los trastornos crónicos de la piel, la debilidad y la pérdida de peso relacionadas con el cáncer, el dolor crónico, la enfermedad de Huntington, los trastornos del sueño, las enfermedades de los ojos, la esclerosis múltiple, y la esquizofrenia. Los beneficios más importantes se han observado en el tratamiento del dolor crónico y la esclerosis múltiple. Además, la marihuana puede ayudar a reducir la presión ocular en personas con glaucoma.
Investigaciones anteriores sugieren que puede haber una menor prevalencia de la obesidad y la diabetes en los consumidores de marihuana, en comparación con personas que nunca han usado marihuana. En el estudio actual, los científicos evaluaron los posibles beneficios de la marihuana en el control de azúcar en la sangre y en la circunferencia de la cintura. Revisaron a la información de 4657 hombres y mujeres adultos que habían participado en el Estudio Nacional Sobre la Salud y la Nutrición (the National Health and Nutrition Examination) en Estados Unidos entre 2005 y 2010. Los sujetos reportaron sobre su consumo de marihuana, y los investigadores midieron sus niveles de azúcar en la sangre y de la insulina después de nueve horas de ayuno.