Cómo maridar un buen aceite de oliva virgen extra

El aceite de oliva es, sin duda alguna, la joya de la dieta mediterránea. Producto bandera y orgullo de nuestra gastronomía, se trata de un ingrediente versátil y enriquecedor que no sólo sirve para freír o aderezar ensaladas: encontramos variedades como el aceite de Extremadura cuya composición y tratamiento bien merece ser un ingrediente estrella para el paladar.

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Destaque el producto

La clave de un buen maridaje con aceite de oliva virgen extra es el respeto por el producto. El virgen extra es el tipo de aceite más cuidado, el que conserva en su plenitud las propiedades organolépticas, antioxidantes y nutricionales del aceite al no someterlo a procesos de refinado obteniéndose directamente del prensado y colado de la aceituna. Al carecer de procesados, conserva el aroma y sabor intenso desde su recogida, por lo que se trata de un producto con mucho carácter y personalidad que sabe aportar a cada plato.

Por todo lo descrito, jamás debemos considerar esta tipología de aceite para frituras industriales. La fritura de este tipo de aceites debe ser a fuego lento y procurando que el producto en cuestión “empape” y recoja todo el sabor del virgen extra.

De usarlo en ensaladas, éstas deben estar compuestas por productos suaves, de primera calidad y sin recargos, donde se permita siempre el placer de poder untar un buen trozo de pan. Unas simples rodajas de tomate de la huerta con sal, ajo y aceite de oliva virgen extra es un ejemplo de plato sencillo pero espectacular al paladar gracias a unos ingredientes naturales de primera.

Realza sabores gracias al aceite

En platos como los pescados blancos, un generoso chorro de buen aceite puede aportar grandes dosis de personalidad. Tal como hemos visto en el caso de las ensaladas, con los matices que aporta el “oro líquido”, un plato de un solo ingrediente o pocos ingredientes puede ganar muchos matices.

Merluza, pescadilla, bacalao… son materias primas que sólo necesitan un toque de aceite y perejil para convertirse en platos gourmet de primera. La misma táctica que se puede usar para carnes a la plancha o guarniciones de arroces, donde tradicionalmente se ha usado el adjetivo de “comidas sosas”.

No obstante, no sólo ingredientes de poca intensidad son los aptos para maridar con aceite virgen. Un plato contundente como el salmorejo pide a gritos un buen chorro de aceite que combine la suntuosidad de ambos productos a la perfección.

Aceite de oliva para sorprender

La versatilidad de este producto permite que no sólo se use como un acompañamiento y se convierta en algunas recetas en uno de los ingredientes principales, incluso en platos en los que cuesta imaginar que combine bien como los postres.

Desde dulces tradicionales como las galletas y magdalenas, hasta reinterpretaciones como el bizcocho de romero pasando por la mezcla con chocolates, el aceite es un gran aliado para romper con los sabores “de siempre” y sorprender al paladar.

Por último, aceites de color intenso, verdoso, de textura que se adhiere a la boca sólo necesitan de una presentación adecuada y un trozo de pan artesanal recién horneado para el disfrute de todos los comensales.

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